Una noche.Una maldita noche.




Salí de paseo como otra noche cualquiera. Solo. Para poder estar atento a cualquier ruido del bosque que yo no produjese. 
Me gustaba alejarme del resto de la manada, no me veía como los demás.  Yo era un lobo solitario.

Me quedaba en la manada porque así había sido toda mi vida. Nací y crecí entre otros lobos. Aprendí de ellos. Pero eso a mí nunca me convenció. Era inteligente, probablemente de los más inteligentes de la manada,de eso estaba convencido. Por eso me quedaba, sabía que me convenía, por el momento al menos…

Esa noche ví algo inusual. Una posible presa que huía de mi, sino que parecía esperarme a una distancia poco prudente de la madriguera más cercana.
Al principio me extrañé, ningún  animal del bosque me había plantado cara .
Después… Después cargué contra él como con cualquier otra presa. Sin una pizca de miedo en las venas.
Ya al llegar a ella me olí la trampa. Era tarde...
Una cuerda saltó de entre las hojas del suelo para atraparme la pierna.

Nunca acostumbraba a cazar por la noche, sabía que las sombras nunca eras buenas aliadas… Pero claro, parecía una presa tan fácil....

Allí quedé. Colgando  de una pierna en uno de tantos árboles. Aullando. Hasta quedarme sin voz.


FUERZA Y HONOR
Un saludo de LOBO

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